jueves, 31 de agosto de 2017

Akira Kurosawa Entre oriente y occidente.

Imagen de Jurosawa junto a los carteles de algunas películas

La carrera cinematográfica de Akira Kurosawa (1910-1998), procedente de una familia de samurais, empezó en 1936, pero no debutó en la dirección hasta 1943. A partir de este momento, escribió y dirigió sus más de 30 películas, además de escribir para otros realizadores. hasta el final de la guerra mundial dirigió algunas cintas de propaganda nacionalista.

Su obra más personal se inició en 1946 con No añoro mi juventud (Waga seishun ni kui nashi), en la que ya dejó ver su espíritu humanista y su estilo refinado. Kurosawa obtuvo el reconocimiento a nivel internacional a raíz del éxito de Rashomon (1950), que causó un fuerte impacto en occidente debido a su perfección técnica, su intensa carga psicológica y su uso diacrónico del tiempo. En esa película Kurosawa planteaba el concepto de subjetivismo, a través de la historia de un crimen narrado desde diferentes y contradictorios puntos de vista. Los premios en Venecia y los Oscar dieron un impulso a su carrera, que pudo plantear desde ese momento con mayor libertad creativa.

Fotogramas de Rashomon, El idiota y Vivir

Dentro del panorama de su país, Kurosawa fue, desde los años 50, uno de los cineastas más abiertos a la cultura occidental, como muestra la magnífica Vivir (Ikiru (1), 1952). También hizo varias adaptaciones libres de obras de Shakespeare, como Trono de sangre (Kumonsom-Djo, 1957) a partir de Macbeth y Ran (1985) desdeEl Rey Lear, de Dostoiewski en El idiota (Hakuchi, 1951) y de Máximo Gorki, en Los bajos fondos (Donzoko, 1957). Durante años, Kurosawa fue uno de los pocos directores japoneses distribuido y conocido en Occidente, y algunas de sus obras, como Los siete samurais (Shichinin no samurai, 1954) alcanzó tal éxito, que fue versionada en Hollywood en clave de western, Los siete magníficos (The Magnificent Seven (2), John Sturges,1960).

Fotogramas de Siete samurais, Mercenario y El infierno del odio

En toda su obra, la explosión de violencia que emana de sus imágenes y el poderoso vigor de su narración son siempre subsidiarias del insobornable aliento humanista de su autor. Es el caso de la bellísima El cazador(Dersu Uzala (3) (1975), una cautivadora cinta con trasfondo pacifista y ecologista rodada en las estepas y bosques de Siberia, en coproducción con la URSS. La película alcanzó un gran éxito a nivel internacional. Ello relanzó la carrera del viejo maestro gracias al apoyo que recibió de varios productores franceses y americanos, Coppola y Lucas incluidos. De esa forma rodó sus fantásticas superproducciones sobre las guerras feudales niponas. Kagemusha (1980) y Ran (1985). La ambiciosa Los sueños (Konna Yume Wo Mita (4), 1990) y la emotiva Madadayo (1993) son sus últimos filmes, aunque aún dejó algunos guiones que otros directores rodaron tras su muerte.



Fotogramas de Dersu uzala, Ran y Los sueños.


Articulo creado por:

La estrella de "Punisher" se une a las estrellas Ryan Gosling, Kyle Chandler y Jason Clarke en un reparto creciente.





Jon Bernthal se ha unido al creciente elenco de Universal's First Man , la biografía de Neil Armstrong del director Oscar-winning Damien Chazelle, The Hollywood Reporter ha confirmado.

La película, que reúne a La La Land, el cantante Chazelle y estrella Ryan Gosling, también incluye a Kyle Chandler, Corey Stoll y Jason Clarke en un elenco en expansión antes de un rodaje que comenzará en noviembre en Atlanta.

Bernthal, más conocido por su estrella se convierte en The Walking Dead , El Lobo de Wall Street y The Ghost Writer, interpretará a un astronauta de la NASA y un piloto de pruebas que camina sobre la luna. Otros créditos cinematográficos del actor incluyen Shot Caller,Sicario, Baby Driver , Wind River y Peregrinación .

Bernthal será visto al toplining de la próxima serie de Netflix The Punisher y Sweet Virginia de Jamie M. Dagg . También protagoniza con Shia LaBeouf, John Hawkes, la Iglesia de Thomas Haden y el artista musical Yelawolf en el próximo drama de aventuras The Peanut Butter Falcon,que se rodó este verano.

Escrito por Josh Singer ( Spotlight ), primer hombre es descrito por Universal como un relato en primera persona visceral de la misión de la NASA a un hombre a la luna, centrándose en los años 1961 a 1969 y Armstrong, el astronauta que se convirtió en el primer hombre.

Basado en el libro de James R. Hansen, la película explorará los sacrificios y el costo - en Armstrong y en la nación - de una de las misiones más peligrosas de la historia. Gosling jugará con Armstrong, Chandler presentará al piloto de pruebas Deke Slayton y Stoll jugará al astronauta Buzz Aldrin.

DreamWorks Pictures está cofinanciando a First Man. El drama está siendo producido por Wyck Godfrey y Marty Bowen a través de su bandera de Temple Hill Entertainment, junto a Chazelle y Gosling.

Isaac Klausner es productor ejecutivo. Producción universal de vp Sara Scott supervisará el proyecto para el estudio.

El primer hombre es fijado para aterrizar en teatros 12 de octubre, 2018. Bernthal es repped por WME, la compañía de Burstein y el abogado David Weber en la oferta Weber de Sloan.



¿Cómo piensa que han cambiado los medios en los últimos diez años desde el estreno de la primera versión de FUNNY GAMES? ¿Cómo cree que ha cambiado la perspectiva de los espectadores en cuanto a su visión de la violencia?

Creo que la película es más relevante ahora porque las películas son más brutales y las estrategias de ventas son más refinadas. También me refiero a estrategias de ventas desde un punto de vista estético, no desde un punto de vista comercial, sabes, sino la forma en que se hace el marketing de una película ha cambiado.


¿Se ha planteado nuevas preguntas sobre la violencia y los medios con esta versión de la película, o son las mismas que planteó con la versión de 1997?

Las preguntas son las mismas, pero creo que su relevancia ha cambiado.

En la época que Ud. hizo la película original de FUNNY GAMES, las películas SAW y HOSTEL aún no se habían rodado. Con la llegada de las franquicias de SAW y HOSTEL, ¿cómo ve la evolución del cine americano y el papel que se adjudica al espectador de ello ?

De alguna manera, es la misma pregunta o está relacionado con el mismo tema de que todo se está empeorando, todo se está haciendo más odioso. Encuentro que las películas de hoy en día son cada vez más planas, más banales y al espectador le tratan como si fuera tonto y con esta película, intento protestar contra eso. Quiero que me tomen en serio como espectador y cuando hago una película intento pensar en mi espectador como una persona inteligente, no tonto, eso es todo.


¿Qué diferencias, si es que las hubiera, hay a la hora de hacer esta película para un público europeo en vez de un público americano? ¿Fue consciente de esta cuestión durante la producción de la remake? ¿Hubo algo diferente en su acercamiento al tema?

No es tanto una cuestión de hablar del público americano contra el público europeo. Lo que importa es que si hago esta película en inglés llega a la mayoría del resto del mundo. Llega a la gente en Asia y África, o donde sea, no solo a Estados Unidos, y eso no es posible con una película rodada en alemán.


Esta es una historia de la invasión de un hogar, pero la gente que invade no quiere robarles sino atemorizar a sus victimas. Por un lado, Ud. demuestra que tenemos hambre de ver violencia. Por otro lado, la película aprovecha los temores que tenemos de convertirnos en victimas. ¿Estaba intentando demostrar ambas ideas o se inclinaba hacia una de ellas?

Como principio, no me analizo a mi mismo, quiero que el espectador interprete mi película. Como espectador, puedes sacar la lectura que quieres de ella. Hay muchas complejidades en esta película—no se trata solo del consumo de violencia—aquello es solo un aspecto de la película. Espero que las otras complejidades sean claras para el espectador cuando la vea. No quiero dar una manual de instrucciones de cómo hay que ver esta película- todo el mundo puede interpretar la película como quiera, la película termina con el espectador. No termina con mi opinion.


El tema de la película es muy provocativo. ¿Por qué es este un asunto tan importante, sobre todo dentro del paisaje cultural actual?

Todo el que infringe la corriente principal de pensar y no me refiero solo al cine, generalmente es provocativo. Cualquiera que sea la antítesis a la norma y a la forma convencional, se le llama obsceno y provocativo. Así que si lo interpretas así, espero que todas mis películas sean obscenas y provocativas. Pero hay que tener en cuenta que lo obsceno es lo contrario de lo pornográfico. Mis películas no deberían ser pornográficas pero pueden ser obscenas y provocativas.

¿Cómo fue el proceso del casting? Con unos papeles tan comprometidos, ¿qué buscaba en los actores?

Una de las condiciones para que hiciera la película era que Naomi Watts interpretaría a Anna porque pensaba que ella sería ideal para este papel como una actriz de habla inglés. En cuanto a los otros actores, los buscaba según los criterios que siempre me guían cuando busco actores: la calidad del actor. No me interesa un tipo en concreto- me interesa un actor o una actriz que encaja en el papel, que trabaja en ese papel, y en este caso en concreto, necesitaba actores que podrían interpretar unos papeles muy comprometidos.

¿Cómo ha elegido los actores para los papeles de los dos intrusos en esta remake? ¿Buscó algo en particular?

Buscaba buenos actores—era el criterio más importante para mí. Era importante que fueran ideales para el papel y que fueran actores que son emocionantes de ver en pantalla y con Michael Pitt y Brady Corbet, creo que encontré aquello con ambos actores. Esta el hecho que estos actores son algo parecidos. Los dos son rubios, de un tamaño parecido etc., y tienen más o menos la misma edad, que es una coincidencia. A mí me da igual el color de su pelo. Por ejemplo, en la original en alemán, son unos tipos muy distintos. Yo simplemente buscaba los mejores actores para los papeles.


¿Qué películas en la filmografía de Naomi Watts le convencieron para elegirla para la remake de FUNNYGAMES?

La vi en 21 GRAMOS y MULHOLLAND DRIVE y me pareció una actriz increíblemente buena. Sencillamente quería trabajar con ella porque creo que es una actriz excelente.


Cuando trabaja con los actores ¿cómo consigue aquellas expresiones terroríficas y aquellas interpretaciones tan magníficas? ¿Cómo les ha ayudado a conseguir un nivel de intensidad y de emoción tan consistente a lo largo de la película?

Es imprescindible contar con actores de primera clase y hay que evitar errores. Por ejemplo, Fred Zinneman un paisano mío que trabajó mucho en Hollywood—hizo películas como SOLO ANTE EL PELIGRO y THE NUN’S STORY—él dijo una vez cuando le preguntaron básicamente la misma pregunta o sea de cómo conseguía tan buenas interpretaciones de sus actores, y él dijo que es bastante fácil. Necesitas a) un buen reparto y b) hay que evitar errores. Puede sonar banal, pero es verdad y hacer un buen casting no solo quiere decir conseguir buenos actores pero que los buenos actores encajen con sus papeles. Y cuando se habla de evitar errores, quiere decir que si ellos se desvían en algún momento del guión o de la visión del director, tienes que saber cómo hacerles volver y esto por supuesto, es muy complejo y muy difícil. No existe ninguna receta para esto pero básicamente se puede resumir con esos dos puntos.


¿Cuales son sus favoritas películas de los últimos cinco años?

Las películas de Abbas Kiarostami y Bruno Dumont.


¿Cuándo fuiste niño, ¿qué películas querías hacer cuando llegaras a ser un director?

De hecho, cuando era niño no pensaba en hacerme director, quería ser cualquier otra cosa según la edad que tenía. Quería haber sido músico pero desgraciadamente no tenía suficiente talento así que me convertí en director.


¿Piensa volver a hacer alguna otra de sus películas? Si es así, ¿cuáles?

No, desde luego no volvería a hacer ninguna otra de mis películas.

El acuerdo se había visto con escepticismo desde el principio, dada la falta de experiencia de la compañía china en el entretenimiento y la represión de los reguladores locales sobre acuerdos de salida.



El último accidente de negociación de China y Hollywood ha llegado: el plan de 100 millones de dólares de Avi Lerner para vender el control mayoritario de Millennium Films al Grupo Recon de Beijing está oficialmente muerto.

El indie maverick reveló el acuerdo en febrero, diciendo que descargaría el 51 por ciento del estudio, conocido por las franquicias The Expendables y Olympus Has Fallen , a la filial de Recon, Wenyuan Cable Co. El acuerdo incluía la biblioteca de Millennium y le dio a Recon la opción de comprar la Restantes acciones de Millennium en una fecha posterior.

Pero la firma china informó a la bolsa de valores de Shenzhen que el acuerdo no había cumplido el plazo del 31 de agosto y que fue abortado. La compañía citó la dificultad de satisfacer los trámites de los reguladores locales y los plazos de divulgación. Wenyuan dijo que en su lugar podría buscar una "colaboración estratégica" con Millennium.

Fundada en 1996 por Avi Lerner y Trevor Short, Millennium, con sede en Los Ángeles, se consideró que había cortejado potenciales compradores chinos por más de un año.

Sin embargo, el acuerdo de Recon se encontró con escepticismo desde el principio , ya que los reguladores chinos habían comenzado una severa represión contra las inversiones extranjeras por parte de firmas locales varios meses antes. Aunque se dijo que los contratos habían sido firmados, muchos miembros de la industria en China dudaban de si el plan podría aclarar los obstáculos regulatorios, los cuales se estaban volviendo más desalentadores para la semana.

La escasez de experiencia de Wenyuan Cable en el sector del entretenimiento tampoco debía ayudar. La principal actividad empresarial de la compañía se describe como la fabricación de alambres y cables industriales. Tony Xia, un empresario chino que tenía poco perfil internacional antes de su sorpresiva toma del club de fútbol británico Aston Villa en 2016, dijo que planeaba rehacer a la compañía en una preocupación de entretenimiento. La empresa matriz de Recon es un conglomerado con negocios en salud, infraestructura y agricultura.

Los reguladores se habían vuelto sospechosos de las transacciones intersectoriales en las industrias de entretenimiento y deportes sobrecalentadas. En una situación similar, el año pasado, una oscura empresa china de metales industriales anunció y canceló un plan de 350 millones de dólares para comprar Voltage Pictures, la productora de Los Ángeles detrás del ganador del Oscar " The Hurt Locker", deKathryn Bigelow. .

Desde entonces, la represión de Pekín hacia los acuerdos de salida en sectores clave sólo ha aumentado. Después de meses de señales de mercado indirectas e intrusiones en las inversiones descritas como "irracionales", el Consejo de Estado de China estableció nuevas reglas sobre la actividad internacional a principios de este mes, etiquetando los sectores de cine, entretenimiento, deportes y turismo como oficialmente "restringidos". Articulo creado por:

miércoles, 30 de agosto de 2017

Cuando un maestro diciendo la verdad, se cag... encima de un presentador.


Juan José Campanella pasa la mitad del año en los Estados Unidos, donde estudió, se forjó en la industria y desde hace tiempo trabaja para la televisión de ese país, en el canal usa Network.




Después de alcanzar una candidatura al Oscar a la mejor película extranjera con El hijo de la novia, sus excursiones se multiplicaron, pero hacia Europa, y particularmente España, país que adora y donde es adorado y adulado por el público y la crítica. Acaso sean sus historias, nada pretenciosas, pero exactas a la hora de administrar nostalgia y optimismo; o acaso sea esa capacidad para recrear atmósferas íntimas, que parecían haberse perdido entre los efectos especiales y la voluntad de escandalizar. Ese tono, medido, apocado, casi familiar, muy de los años cincuenta y principios de los sesenta, percutió con fuerza, tanto en el español como en el argentino medio, pero decir eso es decir una verdad a medias, porque si bien en los Estados Unidos Campanella nunca dirigió cine, aquella candidatura abrió las puertas para la adaptación de El hijo al mercado norteamericano. Ya lanzado a las grandes ligas, el director, después de sopesar proyectos y ofertas, decidió concentrarse en una historia, pequeña y encantadora, y otra vez dio en el clavo: su Luna de Avellaneda, una coproducción argentino-española, sorprendió a propios y ajenos. En el centro de la escena, su popularidad en la península es tan grande o más que en la Argentina, así como la de alguno de sus actores favoritos, muy especialmente la de Ricardo Darín, con quien trabaja desde hace años, y que desde hace años también va y viene de España, saludado en cada ocasión por la crítica de ambas orillas.

Trabajar en los Estados Unidos, triunfar en España, en la Argentina, ¿es un lujo o es la consecuencia de años de trabajo?
La fortuna más grande que hay sobre la tierra es vivir de lo que te gusta. Y de eso puedo hablar ahora, pero hace años que estoy en este negocio: empecé a los diecinueve y mi primer éxito lo tuve recién a los cuarenta y dos. Sacá la cuenta. Es mucha la gente que conozco, digo: que empezó conmigo. Diría que el noventa y siete por ciento de todos ellos hoy se dedica a otra cosa. Yo soy más perseverante.
Estar en Hollywood, que se supone es la meca del cine, ¿fue un logro personal o una necesidad económica?
Yo hice mi carrera allá porque fui a estudiar; empecé como montajista y enseguida tomé tres o cuatro cosas para dirigir. Hay que pensar que la televisión, incluso la televisión norteamericana, no tiene nada que ver con el cine; tampoco la publicidad. Y en los Estados Unidos yo me dedico a la televisión y a la publicidad. Después de esos primeros tiempos, no soporté más el ambiente y me volví [a la Argentina]. Hay que saber hablar muy bien inglés, meterte a fondo... Son años: tardé veinte en llegar a esto. Pero siempre creí que allá jamás iba a ser feliz. Tampoco es tan así, y menos ahora. Entonces, la vuelta resultó productiva: salió la oportunidad para filmar, para filmar cine, mi verdadero amor. Y así nació El mismo amor, la misma lluvia.

Ese fue el punto de partida. Pero ¿por qué hacer televisión y publicidad en los Estados Unidos y cine en la Argentina y España?
Bueno, vivo de eso... Ya llegará el momento de filmar en los Estados Unidos, pero no me muero por hacerlo. Además, sinceramente, creo que las historias que sé contar sintonizan mucho más con nuestros públicos, nuestras idiosincrasias.



Hay otros factores.
Hay otros factores también, claro. El cine es muy caro. El minuto de película, en nuestro país, cuesta alrededor de doscientos dólares. Yo no lo puedo pagar, y casi ninguno de los que conozco puede. Entonces, es como que estás obligado a un éxito, para después poder poner algunas condiciones. Pero producir un éxito no es nada fácil, no se trata de soplar y hacer botellas. Y hay algunos que creen que sí. En la Argentina, muchos críticos de cine, intelectualoides antes que intelectuales, me critican, me acusan de facilismo, de demagogia y cosas parecidas. Es obvio que no conocen la industria, ni la estructura del negocio, y que sólo se han movido en circuitos mínimos. El cine, de entrada, depende de cantidad de personas que muy probablemente no tengan tu misma visión de las cosas. Es necesario tener fuerza interna, convicciones, porque hay que pelear por todo, luchar por cada espacio. Y hay de todo. Están los que sólo quieren ver tetas y culos; después los otros, los exquisitos que se mueven únicamente por Bresson, o por Godard, y nada más, gente cuyo objetivo es figurar en un ambiente que imagina, porque no lo es, glamoroso. En realidad, si sos un tipo normal, que te gusta estar en familia, quedarte en tu casa viendo una película antes que andar de fiesta en fiesta, es un trabajo como cualquier otro; eso sí, donde dependés mucho más de los contactos y las amistades, porque también encontrás gente que comparte tu visión pero que no puede conseguir un peso, que se frustra, que tarda años en filmar su primera película, la filma y un crítico, cualquiera, la destruye. Ese momento es un momento de crisis, verdaderamente, de vacilación, por el que todos pasamos: preguntarte si vale la pena seguir adelante o no.

Ya no es su caso.
Afortunadamente, no.

Pero más allá de sus películas, ¿tiene sentido discutir si hay un cine de autor, un cine artístico, por decirlo así, y otro de masas, industrial?
Tal vez un ejemplo exprese mejor mi opinión. El estreno de El hijo de la noviacoincidió con el de La ciénaga, la película de Lucrecia Martel, que es maravillosa, y que también llegó a España. Pero acá, en la Argentina, la prensa polarizó nuestras películas como representantes de estilos absolutamente distintos y excluyentes. Habría que decir que no polarizó, que inventó. ¿Qué pienso? Efectivamente, Lucrecia tiene su estilo, sus temas, y yo tengo los míos. Eso es todo. ¿Eso es tan malo? Pero siempre digo que hay de todo, porque algunos, creo que los más acertados, dijeron que se trataba de películas distintas, que era una cuestión de gustos, que se podía discutir, pero otros —hay otros, claro— enseguida empezaron a bajar línea, a hablar del cine que hay que hacer y del cine que no hay que hacer. Como si la Argentina fuera Francia, la Francia de mayo del 68. Y no lo es por muchas razones, pero en este caso particular, esos justicieros jamás han filmado nada, a diferencia de los críticos de Cahiers du cinéma.

Argentina, el país de las vacas y las mieses.
Exacto. Y más gracioso: Lucrecia Martel es muy amiga mía. Es una chica excepcional, talentosa, generosa. De hecho, la mitad del equipo técnico de Luna de Avellaneda trabajó después con ella en La niña santa. En pocas palabras, entre nosotros no existe rivalidad alguna; simplemente, hacemos cines distintos; compararlos es como comparar naranjas con bananas.

Bueno: pero no contestó la pregunta.
Yo creo que el cine es una cuestión de calidad y personalidad, estilo. Hay directores que piensan al arte como un producto de su insatisfacción; o son deliberadamente agresivos, provocadores. Allá ellos. A mí no me interesa. Y no estoy hablando de Bresson, de Godard o de Lucrecia Martel precisamente. Y además, ¿quién puede decir este cine es de calidad y este otro no? Es muy subjetivo.

Se supone que la crítica.
Se supone. Yo ya no sé si hay crítica. Y lo confieso, me interesa mucho más la opinión de los espectadores.

Es un criterio más objetivo.
Por supuesto, de ahí viene la diferencia con la publicidad y la televisión, el puro rating, que es un número que no significa nada, que no indica nada, ni siquiera qué cantidad de gente representa. En el teatro o el cine, claramente se trata de otra cosa. Podés sentarte en medio del público y saber qué pasa con tu trabajo, cómo es recibido, qué cosas despierta. Yo lo hice muchas veces... de incógnito.

Pero eso tampoco supone que usted sólo vaya a contar la historia que quiere el público.
Seguro que no, pero hay que admitir, porque muchas veces una buena idea se echa a perder por no prestar atención, que este oficio es un ida y vuelta. En mi caso, toda la vida tuve preferencias por las cosas directas, populares, en el mejor sentido. Diversión no es sinónimo de estupidez. Yo crecí al lado de un cine de barrio y puedo dar fe. No estoy diciendo que Fellini es una basura, o que es complicado. Precisamente, Fellini es un maestro; es un maestro también de la sencillez, de la humildad. Él hizo cosas que yo quisiera hacer. Tengo menos talento, está claro, pero no me parece malo tener su obra como ejemplo.

¿Por qué tanto éxito en España?
Es un poco inexplicable. Igual, no quiero caer en el lugar común, la falsa modestia. Pero esto de director de éxito es muy nuevo para mí, no me lo quiero creer demasiado: tener un par de éxitos no te convierte en exitoso de por vida. Yo hice cinco películas: dos fracasos, una salió hecha y las otras dos, éxitos. Así que no hay que agrandarse.

Pero ¿por qué España?
Porque somos hijos de gallegos, de tanos, venimos de ahí. Nuestra sensibilidad, la filosofía espontánea que nos caracteriza, ¿de dónde viene? Esa facilidad para la réplica, para no enroscarse, para ir al grano... ¿De dónde viene nuestro amor a la familia, a los viejos? Tampoco abusar, los argentinos tenemos cantidad de vicios, que se agigantan en el extranjero: somos agrandados, ácidos, cínicos, patoteros, mentirosos, pero también somos cálidos, receptivos, desprendidos, dados a los demás. Pero esa inflación de egos que te digo, eso causa mucha gracia afuera, hace reír, y mucho más cuando hubo que tragarse bien tragado el orgullo, después de 2001. En un sentido, ¿sabés que pienso?: que ese desastre nacional, si para algo sirvió, fue para poner los pies sobre la tierra y decir, soy argentino, nada especial, soy uno más, y hasta puedo ser mejor. Los españoles, contra todo lo que pueda decirse, nos han dado una mano enorme. Y tanto ellos como nosotros, digo, la gente del pueblo, no hablo de los dirigentes ni de los empresarios, sabemos que si hubo negociados, maniobras extrañas, estaban fuera de nuestro control. Y al final quedó lo mejor: la solidaridad. Ese mundo es el que intento representar en mis películas. Espero estar haciéndolo bien. -

martes, 29 de agosto de 2017

'Raw' ('Crudo'): así es la película que provocó desmayos en el Festival de Toronto.




Hombres y mujeres salieron mareados de su estreno en el Festival de Toronto y los servicios de urgencia no daban abasto con las llamadas de aviso desde dentro de los cines, y todo porque Raw se estrenó en la ciudad. El filme es una fiesta sangrienta que revuelve las vísceras de los espectadores usando ojos como chupa chups y extremidades humanas como suculentas alitas de pollo. Esta película francesa, abrumadora para gran parte del público, ha arrasado en los festivales donde se ha estrenado, aplaudida por la crítica, acumula premios; como el FIPRESCIque recibió en Cannes, mejor director debutante en el Festival Fantástico de Londres, el premio de la crítica en Estrasburgo y tres galardones en elFestival de Sitges. Crudo es una cinta que hay que ver sin comer y sin cenar, una la fiesta caníbal escrita y dirigida por la cineasta francesa Julia Ducournau. En ella, la protagonista, Justine (Garance Marilier), es una virgen vegetariana que de tanto anular sus deseos, termina sucumbiendo a ellos. Rica en simbolismos, Crudo es una reflexión erótica sobre los más bajos instintos, una historia visceral, emocional y, sorprendentemente, bella.


El director de cine danés Lars von Trier ha confesado en una entrevista al diario 'Politiken' que recurrió a las drogas para escribir sus películas y que, ahora que las ha dejado, teme no ser capaz de seguir haciendo cine.



Su adicción a la bebida comenzó con 'Breaking the Waves' (1996) y, a partir de entonces, recurrió a un cóctel de una botella diaria de vodka y "una droga euforizante" para escribir, confiesa en su primera entrevista en tres años, tras ser declarado "persona non grata" en el Festival de Cannes por unos polémicos comentarios sobre Hitler.

"No sé si podré hacer más películas, y eso me atormenta. Porque qué voy hacer, si no, conmigo?", afirma el cineasta, que confiesa su miedo a que sus filmes no sean lo suficientemente buenos.

Von Trier asiste a reuniones de Alcohólicos Anónimos y lleva 90 días sin tocar ninguna droga, pero le preocupan los posibles efectos de la sobriedad sobre su capacidad creativa. "Ninguna expresión creativacon valor artístico ha sido creada nunca por ex alcohólicos o ex drogadictos", afirma.

El cofundador del movimiento Dogma asegura por ejemplo que 'Dogville' (2003) fue escrita en doce días bajo un estado de euforiacontinuo que le permitía acceder a un "mundo paralelo" donde las ideas surgían con fluidez y se sentía seguro al tomar decisiones.
'El alcohol, la mejor droga del mundo'

'Nymphomaniac' (2013), su última película, fue la primera que escribió sobrio, y le costó en cambio un año y medio hacerlo. "Está claro que el mundo paralelo cuesta, pero recibí también muchas alegrías, igual que todos los artistas que he admirado se han lanzado a todo tipo de drogas de cambio de comportamiento", explica.

Von Trier sostiene que el alcohol es "la mejor droga del mundo" y que la ha usado regularmente "contra los miedos estúpidos que surgen todo el tiempo", porque funciona con "exactitud", aunque a largo plazo "lo hace de forma negativa, por desgracia".



El creador de películas como 'Dancer in the Dark' e 'Idioterne' no concedía entrevistas desde que en mayo de 2011 se vio envuelto en un escándalo durante la presentación de 'Melancholia' en Cannes, al mostrar su "comprensión" por Hitler como persona.

La organización de Cannes, el mismo festival que lo llevó a la cima del cine europeo, lo declaró "persona non grata".

La polémica rueda de prensa que desató el escándalo fue la primera que daba sobrio, y eso hizo que se sintiese inseguro y que no se expresase con claridad, afirma.

Su "fascinación" por Hitler es similar al que uno puede tener por Hannibal Lecter, el sanguinario protagonista de 'El silencio de los corderos', señala ahora el director danés, que aparece sentado, desnudo de cintura para arriba y con el cráneo y la cara afeitadosen la portada de hoy de Politiken.

A pesar de sus dudas creativas, Von Trier admite que está estudiando la idea de rodar una serie de televisión en inglés, pero que de momento sólo tiene el título: 'The House that Jack Built' (La casa que Jack construyó).

lunes, 28 de agosto de 2017

Entrevista a KIM KI-DUK.



CAMBIO: Tiempo y El arco hablan mucho acerca de la incomunicación humana. ¿Por qué cree que el hombre moderno tiene tantos problemas para comunicarse?

KIM KI-DUK: Hay varias razones pero creo que principalmente se debe a la codicia por cosas más hermosas o a deseo insatisfecho de la gente. La gente también cuestiona su identidad a lo largo de la vida. Las personas tratan de comunicarse con otros porque quieren que los otros reconozcan su identidad, pero a ratos fracasan.

La protagonista de Tiempo toma una decisión radical: cambiar totalmente su imagen. ¿Es, de alguna forma, una denuncia contra la insatisfacción del hombre moderno por su aspecto y la obsesión por la belleza?

La cirugía plástica puede cambiar la apariencia exterior pero con frecuencia creo que repara el alma. Creo que la gente ansía dibujar una nueva imagen en un nuevo pedazo de papel cuando no les gusta su pasado. Esto se expresa al borrar sus memorias lastimando su cuerpo y dando una nueva imagen. Su primer deseo es ser más bellas pero lo que realmente quieren es conseguir un nuevo corazón. Así, creo que la cirugía plástica no altera el cuerpo sino en realidad cura la enfermedad del alma.

¿Filmar en la isla de Mo era un antiguo deseo cinematográfico?

Allí hay muchas esculturas que no son sólo eróticas sino que también representan muy bien la naturaleza humana. Son de un escultor que era famoso en Corea. Son una obra de arte que muestran deseos y al mismo tiempo exponen exhaustivamente los deseos inevitables del hombre.

¿Qué le importa más en una película: el lenguaje o los personajes?

En sentido general pienso que una película es la combinación de historia e imagen. El silencio sin líneas es también diálogo. En el silencio la gente puede estar atento a las expresiones de la cara y la escena. El silencio le permite a los espectadores oír el diálogo del corazón. Algunas veces tiene más sentido porque ayuda a la audiencia a entender y querer al personaje malo. Por momentos la actuación en películas se logra mejor con diálogos y otras veces con los ojos y expresión facial. Para mí, el diálogo y los personajes son el mismo.

A propósito de su manía por los grandes silencios, ¿no cree que el cine se ha vuelto demasiado ruidoso?

Cuando escribo el primer borrador del libreto uso mucho diálogo. Después les muestro el libreto a los actores, los hago memorizárselo y durante la filmación voy eliminando diálogos. Incluso cuando las líneas son largas los actores entienden la emoción así es que no hay problema al momento de la actuación. En el caso de otras películas, el diálogo es importante y, a veces, hace más interesante la cinta.

Algo similar sucede con las secuencias, no dan respiro. Pero usted se toma su tiempo en cada escena. ¿Qué busca con ello?

Algunas veces me gustan las películas aceleradas y otras veces no. Pero me gusta que mis películas sean lentas. Es importante tener tiempo suficiente para pensar y sentir. Pero la mayoría de las películas están dirigidas a la audiencia de una sociedad moderna acelerada. Hay quienes quieren eso pero hay otros que buscan películas que aunque sean lentas tengan distintos sentidos como mis películas. En lugar de pensar en el cine como mero entretenimiento, me gusta pensar que en el arte de filmar se cuestiona la vida.

¿Está el cine condenado a sólo entretener?

Todo lo que crece vuelve a ser pequeño. Esa es la historia y el proceso de la humanidad. Alguna vez hubo un periodo en el que floreció el arte, y ahora es únicamente entretenimiento. Algún día la gente se va a cansar de la recreación y se va a empezar a cuestionar la ligereza del mundo y se hará de nuevo historia con preguntas y reflexión.

domingo, 27 de agosto de 2017

Es el hombre detrás de dos de los grandes éxitos de la comedia televisiva de los últimos tiempos: The Big Bang Theory y Dos hombres y medio. El nombre de Chuck Lorre (Nueva York, 1952) está vinculado al humor desde hace treinta años.





Su fortuna está valorada en más de 600 millones de dólares (507 millones de euros). Recibe a EL PAÍS en un hotel de Londres. Habla con calma, pensando las palabras, serio pero intercalando alguna carcajada. En breve, cuatro series en antena tendrán su firma: Mom, The Big Bang Theory(ambas en TNT), El joven Sheldon(precuela de Big Bang centrada en el personaje de Jim Parsons que Movistar Series estrenará el 26 de septiembre) y Descolocados (el 25 de agosto en Netflix).


Pregunta. ¿Cuál es el secreto para crear una comedia de éxito?

Respuesta. ¿Quieres el secreto? ¿Va a quedar entre tú y yo? [ríe] Creo que lo principal es preocuparse por los personajes. No están ahí solo para hacer chistes. Los chistes son importantes, pero no son la razón por la que existen los personajes, existen porque hay algo más importante en ellos. Cuando escribes un personaje tienes que preocuparte por él y cuidarlo, y esperas que la audiencia también se preocupe por él.



P. ¿Por qué The Big Bang Theory ha sido tan exitosa?

R. La audiencia ha llegado a preocuparse por los personajes, por sus relaciones, quieren que sean felices. Cuando veo la serie me siento relacionado con los personajes. Y cuando veo Seinfeld o Cheers o Friends, series que me encantan, las veo porque hay algo en los personajes a lo que me siento conectado emocionalmente. En las comedias yo no recuerdo el argumento, recuerdo los personajes.

P. Este año Roseanne (1988-1997), en la que usted participó como guionista, vuelve a la televisión. ¿Cómo ha cambiado la comedia en televisión desde entonces?

R. Aprendí un montón en Roseanne, estuve allí entre 1990 y 1992, hace ya 27 años, madre mía... En cierta forma la gran lección de Roseanne fue que hay que asegurarse de que la comedia venga de la vida real, no de situaciones inventadas y tontas. Mantenlo atado a la vida real: no tener dinero para cuidar de tu familia, problemas reales para criar a tus hijos... Fue una enseñanza de lo que era posible en la comedia, que podía ser sobre la vida real y ser realmente divertida.

P. En Mom, con personajes con problemas con el alcohol y las drogas, ocurre lo mismo.

R. Exacto.


R. Nunca he pensado en actualizar nada. Si te preocupas por los personajes, volviendo a lo que decía antes, si son específicos y únicos y sus relaciones entre ellos interesantes... Hasta cierto punto, Disjointed [Descolocados en su traducción española] sí actualiza un montón el formato tradicional de la sitcom. Pero al final es sobre un grupo de gente que trabaja junta y cuidan los unos de los otros. Todas las comedias de situación son series sobre familias, incluso aunque no tengan vínculos de sangre. Gente que trabaja en una oficina y son como una familia, y tienes The Office. Son como una familia, comen juntos, trabajan juntos, a veces duermen juntos, cuidan los unos de los otros, pelean, ríen juntos. No creo que haya nada que necesite ser actualizado porque esos son los fundamentos de una buena comedia. Cheers es una familia. Los personajes de Seinfeld son como una familia, están constantemente juntos y haciéndose felices y miserables, como una familia.P. Sus series se pueden ver como la confirmación de que la sitcomtradicional no está muerta. ¿Cómo ha hecho para actualizar el género?

P. ¿La llegada de Trump a la presidencia ha hecho más fácil o más complicado hacer comedia en Estados Unidos?

R. La gente necesita desesperadamente reírse. Son tiempos oscuros y sirve como alivio.

P. Eso explica el éxito de Saturday Night Live la pasada temporada.

R. Exacto, tiene un papel fundamental. Melissa McCarthy por ejemplo es realmente divertida como Sean Spicer [secretario de prensa de la Casa Blanca en el momento de hacer esta entrevista, dimitió poco después]. En cierta forma, es sanador reírse de la situación, tiene un efecto curativo, porque es un momento muy complicado.



P. ¿Por qué eligió la comedia para contar sus historias en lugar del drama?

R. Mmmmm, creo que es algo que siempre me ha fascinado. Cuando era pequeño siempre estaba viendo comedia. Abbott y Costello, Los Tres Chiflados, Laurel y Hardy, Mel Brooks, Woody Allen, Jerry Lewis... Y me encanta cuando encuentro comedia en la música, amo la música que cuenta historias y que lo hace desde un punto de vista cómico. Los Beatles, por ejemplo, tenían muchas veces un acercamiento a la música desde el humor muy interesante.

P. ¿Qué tipo de series le gusta ver como espectador?

R. Casi siempre, dramas. House of Cards, Juego de tronos, Homeland, Fargo, Narcos... hay maravillosos dramas ahora mismo.

P. Es curioso, ve más drama que comedia.

R. Sí, es verdad. Cuando llego a casa me apetece más ver un drama que una comedia. Es como leer un buen libro.

P. ¿Se imagina a usted mismo haciendo un drama?

R. No, seguro que no me dejan hacer un drama [ríe]. Si fuera a la cadena y dijera que quiero hacer un drama, cuando pararan de reírse de mí me dirían que no. O dirían que sí con la esperanza de que cambiara de idea. Creo que hago lo que esperan de mí.

El actor, director y guionista Jerry Lewis, uno de los genios de la comedia estadounidense de las décadas de 1950 y 1960, y que formó una exitosa pareja artística con Dean Martin, murió en La Vegas a los 91 años.


Lewis, quien hacía resaltar los dientes y la barbilla con las muecas de su cara, dijo de sí mismo que se veía como alguien “tan discreto como un toro haciendo sus necesidades en tu sala de estar”.

Nacido como Joseph Levitch en el seno de una familia de judíos rusos el 16 de marzo de 1926 en Newark, New Jersey, “explotó” muy pronto su vena cómica en teatrillos con amigos y compañeros de la Irvington School, donde tenía dos apodos, “Id” (idiota) y “Ugly” (feo). En 1944 llegó al mundo del espectáculo, a medio camino entre bufón y cantante, con las orquestas de jazz de Jimmy Dorsey y Ted Fiorito. Dos años después formó una pareja humorística con el actor y cantante Dean Martin, y ambos fueron muy aplaudidos en su debut en el Club 500 de Atlantic City, que los dio a conocer en todo Estados Unidos.

Martin y Lewis permanecieron juntos una década, hasta 1956, cuando rompieron y Jerry Lewis continuó su carrera en solitario. A partir de entonces compaginó actuación, escritura de guiones, dirección y producción. A finales de los años 60 impartió dirección cinematográfica en la Universidad del Sur de California, y a comienzos de los 70 se centró en la televisión, con actuaciones en directo y presentaciones de festivales benéficos. Fue a mediados de esa década cuando comenzó su declive artístico.

Ni las enfermedades coronarias, la depresión o la fibrosis pulmonar mermaron sus ganas de hacer cine y, muy ocasionalmente, teatro, como el musical Malditos yanquis que representó en Broadway en 1995.

Protagonista de medio centenar de películas, entre los títulos más conocidos figuran Sailor Beware (1952), de Hal Walter; Way… Way Out (1966), de Gordon Douglas; y sus propias cintas The Ladies Man (1961), The Nutty Professor (“El professor chiflado”, 1963), The Patsy (1964), Three on a Couch (1966) o ¿Which Way to the Front? (1970); además de tres filmes con George Marshall.

Una de sus últimas películas, Max Rose, dirigida por Daniel Noah, fue llevada al Festival de Cannes en 2013, y en 2016 intervino en The Trust, donde encarnaba al padre del protagonista, Nicolas Cage, en el que fue uno de sus últimos trabajos.

Al margen de su profesión, Jerry Lewis se involucró en labores solidarias, especialmente con la Asociación Estadounidense de Distrofia Muscular, para la cual creó en 1966 los célebres “teletones” anuales para recaudar fondos, que dirigió hasta 2009 y en los que logró reunir en total casi 2500 millones de dólares.

Entre las condecoraciones que recibió se cuentan la Legión de Honor de Francia (1984), el León de Oro a su carrera de la Mostra de Venecia (1999), el título de Comendador de la Legión de Honor de Francia (2006) y el Premio Humanitario Hersholt de la Academia de Cine de Hollywood, que le fue entregado en la 81ª gala de los Oscar (2009).

Lewis se casó dos veces, la primera con la cantante Patty Palmer (1944-1980), con quien tuvo cinco hijos; y en 1983 con una bailarina de Las Vegas llamada Sandee Pitnick, con la que tuvo a su hija Danielle (1992).

En las últimas décadas su salud fue delicada, sufrió varios infartos, cáncer de próstata, así como diabetes, inflamaciones pulmonares y una dolencia crónica de espalda.

sábado, 26 de agosto de 2017

"Tengo que decir que Toronto tiene el mejor público y los peores críticos del mundo", dice mientras la sonrisa anuncia la resolución inminente de una broma preparada. "Recuerdo que Warren Beaty y yo presentamos aquí mismo 'Ishtar'.



Seguro que no se acuerda porque era muy joven. Según salíamos del cine le comenté a Warren: 'Creo que hemos hecho la mejor película de nuestra vida'...". Y en los puntos suspensivos deja lo más parecido a una carcajada. En efecto, no hay lista de las peores producciones de la historia del cine que no incluya el que fue uno de los más sonados fracasos de Dustin Hoffman (Los Ángeles, 1937). Ahora, pasado el tiempo (aquello ocurrió en 1987), el actor vuelve a mostrar todo de lo que es capaz (o parte de ello) en 'Boychoir'. La película del canadiense François Girard le muestra en la figura de un exigente y casi sádico profesor de música, además de mentor de una joven estrella. A sus órdenes o, mejor, bajo su protección, un chaval de gesto resuelto y voz angelical (o demoniaca, según se mire) que atiende al nombre de Garrett Wareing.

- ¿Le molesta verse relegado a un papel secundario?

- Le devuelvo la pregunta. ¿Qué es eso de actor secundario? Generalmente la vida de un actor es bastante predecible. Hasta cierta edad te limitas a hacer eso que se llama personajes de carácter. Con suerte, y tras pasarte muchos años en eso, acabas por disponer de algún papel principal. Para las mujeres suele ser más difícil desafortunadamente acceder a un papel protagonista. Además su carrera suele acabar antes. Luego, con el paso de los años, y otra vez con suerte, vuelves a hacer papeles secundarios. Se llama ciclo de la vida.

Hoffman se maneja en las entrevistas con autoridad, que no con distancia. Repregunta, devuelve con una broma las cuestiones obvias y se esfuerza en todo momento en no parecer un actor que promociona una película. Su tema preferido: su profesión. "Lo que me gusta de lo que hago es que nunca llegas a un punto que digas: 'Ya he acabado, me ha quedado bien'. Todo es susceptible de mejorar", dice, se toma un segundo y sigue: "Y quizá este convencimiento hace que me guste tanto trabajar con digital. Es muy estresante y molesta la presión de la única toma. Dice el director 'silencio' y en ese momento tienes que dar lo mejor de ti. De alguna forma, toda mi carrera ha consistido en aprender a estar relajado. De Niro era muy bueno en eso; en estar tranquilo. Con el digital es un proceso en marcha y no tienes la presión de un instante determinado".

Cuenta, por acabar de desarrollar la idea, que no se ve diferente a un escritor que escribe y reescribe hasta que da con lo que busca. "Picasso nunca daba por terminada una obra e incluso cuando ya estaba colgado el cuadro en la exposión, todavía iba con un pincel a hacer cambios. Pues, más o menos, así me veo ante la cámara".

Hace apenas dos años, Toronto vio también otra película del protagonista de 'El graduado': 'El cuarteto'. Igual que en ésta, la música era un argumento prioritario y, a diferencia de ésta, él era el que mandaba. Es decir, se trataba de su primer trabajo como director. "No sé si seré capaz de dirigir otra vez. Por supuesto que lo estoy intentado, pero cada vez está todo más difícil. Conseguir un mínimo de dinero para un rodaje digno de 25 días se está convirtiendo en una empresa imposible".

- Como director, ¿se parece al director con el que siempre habría querido trabajar?

- Lo intento. Yo soy un actor que hace muchas preguntas. Henry Moore decía que su trabajo consistía en sacar de la piedra todo aquello que no era un elefante. Tu trabajo consiste en sacar de él lo que no es bueno. Se trata más de eliminar, de volver a ello, que de hacerlo bien de primeras. No me gusta planear nada. Actuar no consiste en planear sino en preparar muy bien el trabajo hasta la extenuación y llegar al rodaje listo. No me gusta cuando veo a un director repetirse en voz baja a sí mismo las líneas del guión. Entonces sabes que hay un problema. Eso quiere decir que tú no cuentas y que sólo se puede rodar de un modo determinado. Un director así no quiere ser sorprendido.

Dice, para redondear la idea, que la mayor parte de los directores son "desgraciadamente" hombres. "Sí, muchos de ellos pertenecen a la categoría de que su trabajo es único y no precisan colaboración de ningún tipo. En eso las mujeres son mucho mejores. A ellas no les importa compartir ideas. Ellas siempre son más comprensivas con el trabajo común y son las que dicen eso de: 'Cariño, sé que fue tu idea'". Y aquí, ya sí, suelta una carcajada.

Recientemente, el público americano le ha podido ver en uno de sus escasos trabajos (en comparación con el grueso de una filmografía que arranca a finales de los 70) en la serie producida por la HBO 'Luck'. "Bueno, yo empecé en la tele. Si antes decíamos que el trabajo de un actor es cíclico, éste es otro ejemplo que lo demuestra".

- ¿Es de los que opina que el mejor cine se hace ahora en la tele?
- El problema es que los guionistas en el cine, que son los creadores de todo esto, se han convertido en los últimos años en ciudadanos de tercera clase. Cada vez cuentan menos. La televisión actual, sin embargo, ha creado la figura del 'showrunner'. El creador y escritor de la idea controla la producción. Por eso no es extraño que jóvenes talentos recién graduados en Harvard, Princeton o en cualquier otra universidad que se preguntan cómo pueden proteger lo que escriben, sus ideas, acaben por ir a la televisión y no al cine.

Pausa dramática.

"Vivimos el mejor momento de la televisión y, de los 50 años que llevo trabajando en esto, el peor para el cine", concluye.

Y dicho lo cual, el silencio. El que habla, cuidado, es Dustin Hoffman. Y ¿qué busca en su vida Dustin Hoffman? "Me guío por una regla. Es mejor hacer lo que quieres hacer que tener éxito y no tener ninguna pasión por lo que haces. El éxito sólo no vale. Peleo por hacer siempre la mejor toma posible. Eres tú el que estás expuesto; eres tú el que va a ser criticado. Por eso creo que el trabajo de un actor es siempre entre toma y toma, cuando te preparas. No en la misma toma". Pues eso, ¿quién se acuerda ya de 'Ishtar'?

viernes, 25 de agosto de 2017

En 1978 Meryl Streep era una actriz anónima que había centrado su carrera en el teatro salvo contadas excepciones. Había participado en la serie Holocausto y en un par de películas, entre las que destaca El cazador, pero siempre en papeles menores. Su carrera no tardaría mucho en despegar, pero antes siquiera de empezar a convertirse en la leyenda que es hoy, atravesó algunos de los episodios más dramáticos de su vida.




Poco tiempo después de irse a vivir con el actor John Cazale, su primer gran amor, a él le detectaron cáncer de pulmón. De hecho cuando ambos se unieron al reparto de El cazador él ya sabía que iba a morir y ni siquiera pudo ver la película terminada.

A los 29 años Meryl perdió a su pareja y semanas después se marchó del piso que ambos compartían. Su hermano le ayudó con la mudanza y se llevó a un amigo para que les echara una mano, un escultor llamado Don Gummer, que se convertiría en su esposo hasta hoy y que es el padre de sus cuatro hijos.

1978 le quitó a Meryl Streep al primer gran amor de su vida, pero también le dio al segundo. Y ese mismo año le trajo a Meryl sus primeros disgustos profesionales unido a su primer gran éxito. Así lo narra una biografía de la actriz de la que su autor, Michael Schulman, ha publicado un artículo avanzando parte de su contenido en la edición norteamericana de Vanity Fair.

Una Meryl todavía desconocida, no se podía permitir el lujo de relegar su trabajo en pleno duelo, así que se presentó al casting de la adaptación cinematográfica de la novela de Avery Corman Kramer contra Kramer.

Antes de que la novela se publicara, el manuscrito cayó en las manos de un ejecutivo cinematográfico que decidió que la historia que cuenta –tras su divorcio, un joven neoyorquino tiene que hacerse cargo de su hijo pequeño después de que su mujer renuncie a la custodia– era una especie de prolongación de la historia del protagonista de El graduado, diez años después, así que la presencia de Dustin Hoffman parecía inevitable.

Con su director, Robert Benton, ya implicado en el proyecto, se le ofreció el papel protagonista femenino a Kate Jackson, que por aquel entonces estaba en Los ángeles de Charlie, pero Aaron Spelling se negó a tener que cambiar el calendario de su serie para que la actriz pudiera participar en la película. Unos cuantos nombres conocidos sonaron para el papel (Ali MacGraw, Faye Dunaway y Jane Fonda), pero la principal candidata era Katharine Ross, que casualmente compartía agente con Meryl Streep, que se enteró por él del casting.



Streep se presentó a una audición en la que participaron Dustin Hoffman, Robert Benton y el productor Stanley Jaffe. Cuando Hoffman le preguntó que qué pensaba de su personaje, Meryl fue clara: le parecía un ogro, no habían sabido entenderlo. Era fácil convertir a una mujer que decide no conservar la custodia de su hijo en una villana plana y simple. Según ella, su personaje necesitaba reescrituras, era importante que el público la entendiera. En palabras del propio Benton “aquella fue la peor reunión posible”. Sin embargo, Hoffman estaba convencido: ya tenían a Joanna Kramer.

No obstante, tal y como cuenta Schulman, lo que convenció al actor fue una razón extraprofesional: creía que la cercana muerte de John Cazale había provocado en la actriz un estado de fragilidad durante el rodaje que él creía necesario para el papel.

Y durante el rodaje, quedó claro que él iba a aprovecharse de esa fragilidad. Mientras Meryl se había preparado el personaje leyendo revistas de la época que hablaban sobre la liberación de la mujer y llegó a la conclusión, después de hablar largo y tendido sobre el tema, que todas las mujeres cercanas a ella, en algún momento u otro, se habían planteado cómo sería su vida si lo abandonaran todo, las maneras de Hoffman de abordar su personaje eran, por utilizar un eufemismo, mucho más de método.

Así, en el segundo día de rodaje, sin que nadie lo esperara, ni pactarlo previamente con ella, la abofeteó. Benton oyó la bofetada y pensó: estamos acabados, ella va a denunciar al sindicato de actores la situación y cerrarán el rodaje. Pero nada de esto ocurrió. Y eso que los abusos de Hoffman en nombre de las técnicas de Lee Strasberg, no se quedaron solo ahí.

Antes de rodar la secuencia en la que Joanna le dice a Ted que ya no lo quiere y que no se va a llevar al hijo de ambos, Hoffman empezó a burlarse de la muerte de John Cazale. Las técnicas del actor no se limitaban a Streep. Justo antes del rodaje de una secuencia con el niño que interpretaba a su hijo, le hizo imaginarse la muerte de su perro hasta hacerle llorar.

Meryl sin embargo, no se dio por vencida con la presión de Dustin. Antes de rodar la secuencia en la que Joanna le cuenta a su marido que quiere recuperar la custodia de su hijo, Meryl le propuso un cambio al director: ella creía, y no sin razón, que era mejor que su personaje se explicara antes de pedir la custodia. Joanna había encontrado un trabajo que le gustaba, y ahora que tenía su vida bajo control, podía hacerse cargo de su hijo. A Benton le convenció la explicación, pero a su exmarido en la ficción la propuesta le enfadó y mucho: “Meryl, ¿por qué no dejas de cargar con la bandera del feminismo y te dedicas solo a interpretar tu secuencia?”. Las posiciones en las que ambos se habían situado con respectoHoffman volvió a la carga, y sin pleno aviso, después de haberse asegurado con el cámara de que la acción que tenía prevista no entraba en plano y por tanto no molestaba en la secuencia, en plena toma lanzó una copa de vino contra una de las paredes del restaurante. Meryl acabó con el pelo lleno de cristales y diciéndole: “la próxima vez que vayas a hacer esto, me gustaría que me lo avisaras”.

Meryl encontró un inesperado aliado en Robert Benton, que incluso le propuso rehacer una parte de uno de los discursos de Joanna: “no creo que esto sea lo que dijera una mujer. Creo que esto es lo que escribe un hombre tratando de parecerse a una mujer”. Ella, por supuesto, aceptó. Con el rodaje ya empezado y la brecha abierta entre Streep y Hoffman, Benton afirma que se arrepintió de su ofrecimiento, creía que iba a levantar más ampollas que solucionar problemas. Sin embargo, el material que le entregó le encantó. En todas las tomas, incluso en las que ella no estaba en plano, Meryl lo clavó. “Parte de la recompensa que ella obtuvo en esa secuencia fue demostrarle a Dustin que ella no necesitaba que nadie la abofeteara, podía interpretar lo que quisiera cuando quisiera”.

Meses después, Meryl Streep ganaría su primer Oscar por este papel. Tres años después ganaría el segundo por La decisión de Sophie. Para obtener el tercero tuvo que esperar otros 29 años y en algún momento entre entonces y hoy se convirtió para el gran público en la mejor actriz del mundo. Pero ya lo demostró en 1978 delante de un director, un actor y un equipo para el que prácticamente era una anónima. de sus personajes eran irreconciliables.

Esto es lo que grandes actores y directores tienen que decir de Meryl Streep después de haber trabajado con ella:

Shirley Maclaine: “Siempre te querré como a una hija, y por favor, no te hagas mayor para que puedas seguir trabajando siempre”. [Meryl Streep y Shirley Maclaine trabajaron juntas en Postales desde el filo, interpretando a Carrie Fisher y Debbie Reynolds]

Clint Eastwood: “Meryl, es un honor haber sido uno de tus directores, uno de tus compañeros de reparto y poder considerarme tu amigo”.

Robert De Niro: “En 1977 fui a ver una obra de teatro en el Lincoln Center protagonizada por Raoul Julia. Esa fue la primera vez que vi a Meryl. Me acuerdo de que me dejó muy impresionado lo especial que me pareció, lo maravillosa que era. Desde entonces hemos trabajado juntos tres veces. Cada una de ellas ha sido muy especial para mí, pero nuestra primera película fue El cazador, que iba sobre la lealtad y la amistad a largo plazo, y Meryl, tú tienes mi lealtad y mi amistad desde entonces”.

Anne Hathaway: “Cundo la conocí me dio un gran abrazo y pensé 'Oh, dios mío, vamos a pasárnoslo mejor que nunca en esta película. Entonces ella bromeó: 'Ah, querida, es la última vez que voy a ser agradable contigo”

Jack Nicholson: “Meryl, para mí eres perfecta, te quiero, dios te bendiga”.

Nora Ephron: “Adoro trabajar con Meryl Streep (…) recomiendo enfervorecidamente que Meryl Streep interprete tu vida. Si tu marido te está engañando, consigue que Meryl te interprete” [a propósito de Se acabó el pastel]

Diane Keaton: “Es el genio de mi generación. Para mí es demasiado, me supera. Gracias por darme la oportunidad de reconocer su talento. Ha demostrado que dar amor es la verdadera medida de los grandes artistas.

jueves, 24 de agosto de 2017

Mark Wahlberg se convierte en el actor mejor pagado El actor de cintas como 'Daddy's Home 2' y 'Transformers: el último caballero' ganó 68 millones de dólares, 42 millones más que la actriz con mejores ingresos, Emma Stone.




Mark Wahlberg se alza con el puesto número uno de la lista de los actores mejor pagados de Hollywood. El actor, de 46 años, ha amasado en el último año 68 millones de dólares gracias a su participación en cintas como Daddy's Home 2 y Transformers: el último caballero.

Cae en segunda posición Dwayne La rocaJohnson que en la edición pasada ocupó el puesto número uno. Esta vez Forbes estima que el intérprete obtuvo ingresos por 65 millones de dólares. Sus abultados emonumentos se deben a su actuación en la cinta Baywatch, inspirada en la serie Los vigilantes de la playa, y a su participación en la comedia de HBO Ballers, en la que gana unos 650.000 dólares por episodio.

Vin Diesel, el gran protagonista de Fast and Furious, se hizo con el tercer puesto con 54,5 millones de dólares y el comediante Adam Sandler estuvo cerca, ingresando 50,5 millones de dólares gracias a su contrato con Netflix.

Por su parte las estrellas de Marvel, Robert Downey Jr, Chris Hemsworth, Samuel L Jackson, Jeremy Renner, Chris Pratt y Chris Evans también aparecen en la clasificación anual.

La lista sale publicada una semana después de que se diera a conocer quiénes eran las actrices con mejores sueldos. El primer puesto fue para Emma Stone con 26 millones de dólares. Su compañero de reparto en La ciudad de las estrellas: La La Land, Ryan Gosling, se quedó en el puesto 14 con 29 millones de dólares.

Al final, los 10 actores masculinos del listado lograron un total acumulado de 488,5 millones de dólares, casi tres veces más a lo que suman las 10 mujeres con más ingresos, entre todas recibieron 172,5 millones de dólares.

Tras un primer semestre muy flojo (convocó apenas el 7% del público total), el cine argentino está disfrutando de una segunda mitad de año con cifras notables.



 Luego del éxito de Mamá se fue de viaje, que se mantiene firme en cartel y ya vendió 1.530.000 entradas, otros dos títulos nacionales dominan ahora el mercado. La cordillera, thriller político de Santiago Mitre con Ricardo Darín como el presidente de la Nación, llegó a 300.000 espectadores en apenas seis días en cartel con una salida récord (se llegó a exhibir en 376 salas). En segundo lugar quedó la anterior puntera, El fútbol o yo, comedia con Adrián Suar que fue vista por algo más de 250.000 personas en 343 pantallas entre el jueves y el martes último, y acumula 630.000 tickets en 13 jornadas de exhibición.

El dato más alentador para el cine argentino es que -liderado por esos tres "tanques"- consiguió en esta semana una cuota de mercado de casi el 60 por ciento. Durante todo el primer semestre, la producción nacional había acumulado 1.700.000 entradas y en estos últimos seis días vendió más de 600.000 localidades. Además, en un hecho que no ocurría desde septiembre de 2016 con Gilda y El ciudadano ilustre como los dos films más vistos, La cordillera y El fútbol o yo arrasaron en la cartelera.

El triunfo de la película de Mitre sobre El fútbol o yo no sólo es parcial, sino que debe analizarse con cuidado. En principio, porque el film con Darín le sacó apenas 50.000 tickets de diferencia al de Suar, que sólo cayó 25% en su convocatoria durante su segunda semana en cartel. Y mientras el de boca en boca de La cordillera es bastante dividido, la comedia futbolera parece sostenerse con solidez y no quedan demasiadas dudas de que, al igual que Mamá se fue de viaje, superará con holgura la barrera del millón de espectadores.


Lo cierto es que, con tres grandes éxitos entre julio y agosto, el cine argentino disfruta de una primavera anticipada. Se sabe que su star systemes limitado, pero Darín, Suar y ahora también Peretti han demostrado que, con géneros distintos y ayudados por fuertes lanzamientos, son capaces de competir de igual a igual e incluso ganarles a las grandes producciones de Hollywood.

¿Quiénes serán los integrantes de Queen en el filme sobre Freddie Mercury?


Se sabía que Rami Malek ("Mr. Robot") encarnaría al líder, pero ahora está el resto: un desconocido para Roger Taylor, y..
Se sabía que Rami Malek (Mr. Robot) será Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, que rodará Bryan Singer (Los sospechosos de siempre). Ahora, el sitio web del guitarrista Brian May confirmó al resto de los actores que encarnarán a la banda.

Rami Malek (Mr. Robot) 

Durante años se pensó en llevar la vida de Freddie Mercury a la pantalla. Y ahora parece que el director de la saga X-Men lo conseguirá, tras distintos guiones que no prosperaron sobre Queen, la banda británica que el cantante lideró.

El proyecto del filme, que coproducirá Fox, lo promueven los propios ex compañeros de Mercury en Queen. De hecho, Brian May, John Deacon y Roger Taylor estuvieron trabajando por un período de tres años en él, con Sacha Baron Cohen.

Pero las diferencias con el actor y cineasta comenzaron a distanciarlo del filme. El comediante de El dictador e inspector de estación de tren en La invención de Hugo Cabret abandonó a los Queen por diferencias con el enfoque del guión. El guitarrista, el batero y el bajista querían que la muerte de Mercury ocurriera a la mitad del relato, y el resto de la película se centrara en contar cómo el grupo británico siguió adelante sin él.

A Ben Hardy lo veremos próximamente coprotagonizar Mary Shelley (que irá al Festival de Toronto), con Elle Fanning.

El borrador del guión más reciente -centrado en la banda y en su icónico líder- lo había hecho Anthony McCarten, autor del de La teoría del todo, la biopic sobre Stephen Hawking, pero ahora el definitivo lo han redactado Justin Haythe (Red Sparrow, a estrenar en 2018, con Jennifer Lawrence, y Sólo un sueño, con Leo DiCaprio y Kate Winslet) y Graham King.

Mercury, que murió a los 45 años de edad en 1991, compuso varios de los mayores éxitos de Queen, como Bohemian Rhapsody, Killer Queen, Somebody to Love, We Are the Champions y Bicycle Race.

Se anuncia que tanto Brian May como Roger Taylor, miembros originales de la formación, serán los productores musicales del filme, que iniciará su rodaje presumiblemente en el otoño boreal, para estrenar, sí, el 25 de diciembre de 2018 en los Estados Unidos.

Rami Malek (36) terminó de filmar una nueva versión de Papillon junto a Charlie Hunnam (que irá también a Toronto), y ya ganó el Emmy al mejor actor de drama por su papel en la serie Mr. Robot como un joven experto informático con problemas psicológicos.

Jared Leto y Margot Robbie debieran repetir sus papeles como los villanos más populares de DC.



Glenn Ficarra y John Requa, directores y productores ejecutivos del exitoso drama de NBC This Is Us y que también escribió y dirigió la película de 2011 Crazy, Stupid, Love, están entrando en el universo cinematográfico de DC en Warner Bros.

El dúo está en las negociaciones finales para canalizar y dirigir un proyecto de película sin título centrado en los villanos de Batman Joker y Harley Quinn.

Jared Leto y Margot Robbie debieran volver a interpretar sus papeles como villanos, entre los personajes más populares del panteón de DC y que primero retrataron en el Escuadrón Suicida de 2016 .

Insiders dicen que el plan es para esta función para ir después de que el estudio hace una secuela de Suicide Squad . Este último está en el desarrollo rápido y fuera de los directores. Pero la película de Joker y Harley Quinn también se está moviendo rápidamente, ya que Warners tiene que lidiar con los acuerdos de los actores, dicen fuentes.

La película es descrita como una "historia de amor criminal", según una fuente, con los dos maniáticos asesinos que son piedras angulares en los mitos de Batman. Uno de los miembros de la institución ofreció esto: "una historia de amor loca y torcida." Cuando Harry conoció a Sally en benzedrina. "

Además, el proyecto se enmarca dentro de la línea principal de películas de Warners basada en sus propiedades DC. Eso incluye las fotos actuales y en producción que presentan a Ben Affleck como Batman, Henry Cavill como Superman y Gal Gadot como Wonder Woman, entre otros personajes que forman la Liga de la Justicia.

Warner Bros está simultáneamente comenzando a desarrollar una línea de películas relacionadas con DC que caerán fuera del universo cinematográfico establecido, que ve a los actores y argumentos enredados a través de múltiples películas.

La nueva línea, o posiblemente la etiqueta, permitirá la realización de películas que se separarán y se separarán de esos títeres de gran presupuesto.

Y, en un movimiento mostrando lo popular que es el personaje, una película en solitario de Joker se está desarrollando como un vehículo de dirección potencial para el cineasta Todd Phillips de The Hangover . Está destinado a protagonizar un actor que no sea Leto. (El proyecto Joker / Quinn de Requa y Ficarra está más adelante en desarrollo que el proyecto de Joker de Phillips, al menos en esta etapa, según una fuente).

Esta estrategia distinguirá las películas de superhéroes de Warners de las de sus competidores, a saber Disney, que tiene un universo altamente interconectado de Marvel de películas así como Star Wars . Este último tiene la saga principal, iniciada por el creador George Lucas hace varias décadas, y ahora está haciendo salidas independientes que están, al menos en esta etapa, destinadas a llenar la historia de fondo de la historia principal y en curso.

Warner Bros. puede no estar expandiendo su universo tanto como doblar hacia abajo en el apetito voraz que el público parece tener para estos personajes en este momento.

Ficarra y Requa escribieron y dirigieron anteriormente I Love You Phillip Morris (2009) y siguieron con el Crazy, Stupid, Love , que protagonizó a Steve Carell, Ryan Goslin y Emma Stone. El dúo trabajó con Robbie cuando escribieron y dirigieron la película Focus de 2015 y la comedia de guerra 2016 Whisky Tango Foxtrot.

Ficarra y Requa también producen ejecutivos y episodios directos de This is Us , el exitoso tearjerker de NBC que está a la altura de nueve premios Emmy el próximo mes.

Una versión anterior de esta historia declaró que Matt Reeves ' El Batman era parte de Warner Bros.' Nueva etiqueta y protagonizaría un nuevo actor como Batman, pero no está claro dónde caerá ese proyecto.

"Hoy Brasil mira con admiración al cine argentino" Actor, director y conductor de televisión, la carrera del brasileño Aderbal Freire Filho está muy unida a Uruguay, donde ha presentado muchos montajes. Su último trabajo, Incendios, sobre texto de Wajdi Mouawad, se está presentando los fines de semana en El Galpón.



—¿Cómo recordás esta ciudad en relación con la que te reencontrás ahora?

—Yo vine a este país por primera vez en 1984 e hice mi primer espectáculo aquí, con la Comedia Nacional, en 1985, que fue Mefisto. Una gran época de la Comedia, estaban Armando Halty, Dumas Lerena. Y hay cosas del Uruguay de aquella época que se han perdido, y en otras se ha ganado. Mi mirada romántica, de algunas cosas que existían, propias de una ciudad pequeña y a la vez rica en cultura, todo eso se veía más cuando había una ciudad menos consumista. Ahora veo la ciudad más internacionalizada. Antes la veía más pura, ahora la veo más globalizada. En algún aspecto se ve que la gente tiene mejores condiciones de vida. Recuerdo aquella época con una pobreza más visible. Hoy, tengo la impresión, que hay mejores condiciones de trabajo. Me acuerdo que antes la gente de teatro no tenía auto. Por dar un ejemplo. Ahora sí tiene.

—¿Y en el teatro, qué cambios notás?

—Ha habido una mejora notoria en las estructuras. El otro día estuve en el Teatro Solís, y en la Sala Zavala Muniz. Allí yo había ido a ver, hace muchos años, una obra, y el espacio era más o menos improvisado. Yo tengo un recuerdo personal muy fuerte, que fue haber estado en el teatro el día que hubo un incendio en el Solís. Yo ensayaba la obra Molière, y nos hicieron salir. Estábamos con los actores ahí cuando fue llegando la prensa, los bomberos. Atrás del teatro quedaron un montón de cosas quemadas: yo saqué un sombrerito de mujer, medio chamuscado, que tuve en mi casa mucho tiempo, como un recuerdo. Haber presenciado ese incendio me hace un poco más uruguayo.

—Hace 30 años Rubén Castillo publicó un libro, Conversaciones con un director de teatro, con entrevistas que él te hizo a vos. ¿Qué cambiarías hoy de ese libro, qué no volverías a afirmar?

—Ya en la traducción al portugués, que se hizo poco después, hicimos algunos cambios, aunque las líneas generales se mantenían. Ha cambiado, por ejemplo, mi modo de ensayar. Había ejercicios que yo planteaba, como ese llamado "Fugarse con el circo", que ya no trabajo más. El proceso de trabajo cambió, aunque la esencia se mantiene, y tiene que ver con el potencial del teatro, en la fe en sus posibilidades.


—¿Cómo es ese mundo de la Rede Globo, en el que tú has trabajado?

—No he trabajando tanto en la Globo, pero la conozco bien porque trabajo con muchos actores de teatro que también hacen televisión. Es cierto que hace poco hice una serie, Doble identidad, en el que yo hacía el papel de un senador. Siempre te impresiona ver el modo en que trabajan: las posibilidades de Globo son infinitas. El primer día de grabación, en una escena, éramos dos actores, y había en total unas cien personas. Una locura: había gente para todo. Había uno con una silla, para cuando yo me fuera a sentar. Y otro con fruta, por si quería comer. Creo que Rede Globo es todo un poder y con eso logra calidad. Me acuerdo una vez, una escena que rodamos en medio de un bosque, con un helicóptero que bajaba, con un ruido ensordecedor: uno no tiene esas vivencias en el teatro.

—Y a nivel de dramaturgia, ¿cómo ves las telenovelas de la Globo?

—Su sector de dramaturgia es muy potente. Las telenovelas me parece que son como el melodrama actual. Y no me gusta que tenga las mismas estructuras y las mismas convenciones del melodrama del siglo XIX: el villano, el galán, todo. Les cuesta a los autores salir de esas convenciones: quizá por las exigencias del público, del mercado, que a fin de cuentas es el que exige.

—¿Al cine brasilero le cuesta salir al exterior? ¿Brasil es un país culturalmente muy cerrado en sí mismo?

—Sí, Brasil es un continente, pero sí, siempre he insistido en mi país sobre que no miramos a nuestros vecinos. Aunque ahora en Brasil miramos más para los países vecinos. Y quizá tenga el fútbol algo que ver con esa mirada. Nunca tantos jugadores de América Latina jugaron en Brasil como ahora. Y en el cine, hoy el cine de Brasil mira con mucha admiración al cine argentino. En Brasil la gente habla con envidia de la calidad del cine de Argentina. Allá nadie sabe quién fue Alfredo Alcón: es un desconocido total. Pero decís Darín y todo el mundo sabe de quién hablás. Y del cine uruguayo, Whisky quizá no fue una película muy vista en Brasil, pero nos encantó. Los cineastas la vieron.

El encanto de los brasileros por el cine chileno, se graficó de la manera más explícita durante la extensa conferencia de prensa sobre “Una mujer fantástica”, película que representada por la montajista Soledad Salfate. Instancia en que no sólo se conversó respecto al drama interpretado por Daniela Vega que aborda la discriminación hacia las personas transgéneros, sino además contó con la presencia de Jean Thomas Bernardini, distribuidor brasilero del filme y también de casi todo lo realizado por Pablo Larraín. En palabras de Bernardini, “el cine chileno es una apuesta interesantísima” para el circuito alternativo de salas que dirige en Río de Janeiro y Sao Paulo, denominado Reserva cultural.



La distancia siempre resulta la herramienta precisa para observar un panorama en su totalidad. Visión escasa en Chile para aproximarse al cine nacional y evidenciar la enorme influencia regional, y porque no, mundial que tiene en la actualidad.

Mientras en Chile, la lucha por acercar al público masivo a nuestro audiovisual parece, a ratos, una batalla sinfín, en el 27º Cine Ceará el pasado y presente del cine chileno es digno de un homenaje. No sólo “Una mujer fantástica” de Sebastián Lelio abrió la competencia iberoamericana durante la noche inaugural del festival brasilero, el más importante en el norte del gigante latinoamericano, sino además hay una extensa muestra que revisa algunos de los hitos de nuestra cinematografía.

El encanto de los brasileros por el cine chileno, se graficó de la manera más explícita durante la extensa conferencia de prensa sobre “Una mujer fantástica”, película que representada por la montajista Soledad Salfate. Instancia en que no sólo se conversó respecto al drama interpretado por Daniela Vega que aborda la discriminación hacia las personas transgéneros, sino además contó con la presencia de Jean Thomas Bernardini, distribuidor brasilero del filme y también de casi todo lo realizado por Pablo Larraín. En palabras de Bernardini, “el cine chileno es una apuesta interesantísima” para el circuito alternativo de salas que dirige en Río de Janeiro y Sao Paulo, denominado Reserva cultural.

Maestros como Alejandro Jodorowsky son revisitados en la pantalla de la Casa Cultural de Fortaleza, con títulos como “Fando y lis”, “El topo”, “La Montaña sagrada”, “La Danza de la realidad” y su más reciente largometraje “Poesía sin fin”, dan cuenta de una selección de obras que atraviesan casi toda la filmografía del director y sicomago. También una pequeña parte de la trayectoria de Raúl Ruiz, si se considera que fue autor de más de 100 filmes, se presenta al público cearense con “El tiempo recobrados”, “Tres vidas y una sola muerte” y “La recta provincia”, ocasión para que la cinefilia y prensa brasilera conozca un poco más del cineasta chileno más influyente de la historia.

Sin embargo, no sólo la tradición fílmica chilena -representada por los dos titanes mencionados- aparece como atractivo festivalero, sino también trabajos contemporáneos que revelan el inmejorable momento que experimenta el celuloide nacional. A nombres como Sebastián Lelio, que repite en Fortaleza con “Gloria”, y Pablo Larraín, de quien se exhibe “Tony Manero”, se suman las obras de interesantes documentalistas como Ignacio Agüero con “Como me da la gana II” y Marcia Tambutti con su íntima y familiar visión que desacraliza la figura del líder de la UP en “Allende, mi abuelo Allende”.

Además de dichos títulos, se estrena “Los niños” de Maite Alberdi, trabajo que proyecta la vida de adultos con Síndrome de Down pero que son tratados como infantes, y que otorga a la muestra de cine chileno en Cine Ceará una inusitada frescura.

En esa misma senda pero desde la ficción, transitan las películas de Dominga Sotomayor, que se da a conocer en el festival con “De jueves a domingo” y “Mar”, cintas que completan el diverso y generoso panorama del cine chileno. A todos los largometrajes chilenos en Cine Ceará, se agrega el cortometraje “Adiós” realizado por este redactor. De esta manera, se puede comprobar que la muestra de cine chileno, elegida por Pablo Arellano, no sólo es panorámica y variada, sino además generosa.

Un hombre carga un gran peso sobre sus hombros. Entrado en años y con la ilusión de una carrera musical ya terminada, se interna en la selva peruana. El objetivo es reencontrarse a sí mismo realizando un viaje que cuarenta años atrás había planeado su hermano. En el camino no solo la ciudad lo ayudará, sino un mito hecho realidad: la ayahuasca.






—¿Por qué escogiste la selva como escenario de tu filme?


Mi abuela nació allí. En el 2004 hice mi primer viaje a Iquitos, para hacer por primera vez la experiencia de la ayahuasca. Cuando llegué me sorprendió que tuviera tantos extranjeros, gente que va a hacer un cambio en su vida, como si la selva los invitara a transformar algo en ellos. Pienso que tiene que ver con que hay una frontera ahí: la ciudad caótica y sus ruidos; y al frente, en la selva, comienza algo desconocido.


—Ese es el punto de partida de “Planta madre”: un extranjero –un músico, en este caso– que llega a esa ciudad a transformarse.


Va, de alguna forma, a reencontrarse con su hermano, quien había planeado el viaje en realidad. Iquitos es una ciudad muy musical, psicodélica. Me interesó mucho el hecho de la cumbia amazónica, porque es contemporáneo al nacimiento del rock. Además tiene esta idea de búsqueda espiritual y sanación con la ayahuasca, que es una experiencia distinta, que lleva a uno a encontrarse consigo mismo.


—No se puede ir a Iquitos y no ser parte de su cultura. El mito de la ayahuasca forma parte de su mitología. ¿Hay una tendencia a salir de la ciudad e ir a la Amazonía para rodar?


La idea que se tenía –por lo menos desde afuera– de que el Perú es Lima y Cusco está cambiando. La forma de ser de las personas de la selva es distinta, hay otro ritmo, los valores juegan de otra manera. El entorno afecta la película, con eso pude sintonizar rápidamente. Hacer esta película fue un delirio, por eso tardé tantos años.


—En la película queda retratado el choque de dos culturas: la argentina y la peruana.


El protagonista es argentino, un viejo rockero y sus compañeros, con quienes se encuentra en la ciudad. Él es un hombre que trae sus historia: la del primer ‘hippismo’. Esto es como una frecuencia de la argentinidad que encuentro interesante porque es universal.


—Eso coincide con el mito de la ayahuasca en el sentido de liberarse. ¿Hay coincidencias?


Hay muchas coincidencias, representadas en la película por Agustín Rivas, curandero que se interpreta a sí mismo en el filme. Me interesó que las partes que tienen relación con la ceremonia de la ayahuasca sean retratadas de manera casi documental, dentro de la estructura del relato. Me pareció una falta de respeto hacerlo con un actor. Yo hice la experiencia y hay cosas que son irreproducibles con un actor. El curandero es un músico, canta. Tenía que ser alguien que conociera sus propios cantos chamánicos.

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