lunes, 28 de agosto de 2017

Entrevista a KIM KI-DUK.



CAMBIO: Tiempo y El arco hablan mucho acerca de la incomunicación humana. ¿Por qué cree que el hombre moderno tiene tantos problemas para comunicarse?

KIM KI-DUK: Hay varias razones pero creo que principalmente se debe a la codicia por cosas más hermosas o a deseo insatisfecho de la gente. La gente también cuestiona su identidad a lo largo de la vida. Las personas tratan de comunicarse con otros porque quieren que los otros reconozcan su identidad, pero a ratos fracasan.

La protagonista de Tiempo toma una decisión radical: cambiar totalmente su imagen. ¿Es, de alguna forma, una denuncia contra la insatisfacción del hombre moderno por su aspecto y la obsesión por la belleza?

La cirugía plástica puede cambiar la apariencia exterior pero con frecuencia creo que repara el alma. Creo que la gente ansía dibujar una nueva imagen en un nuevo pedazo de papel cuando no les gusta su pasado. Esto se expresa al borrar sus memorias lastimando su cuerpo y dando una nueva imagen. Su primer deseo es ser más bellas pero lo que realmente quieren es conseguir un nuevo corazón. Así, creo que la cirugía plástica no altera el cuerpo sino en realidad cura la enfermedad del alma.

¿Filmar en la isla de Mo era un antiguo deseo cinematográfico?

Allí hay muchas esculturas que no son sólo eróticas sino que también representan muy bien la naturaleza humana. Son de un escultor que era famoso en Corea. Son una obra de arte que muestran deseos y al mismo tiempo exponen exhaustivamente los deseos inevitables del hombre.

¿Qué le importa más en una película: el lenguaje o los personajes?

En sentido general pienso que una película es la combinación de historia e imagen. El silencio sin líneas es también diálogo. En el silencio la gente puede estar atento a las expresiones de la cara y la escena. El silencio le permite a los espectadores oír el diálogo del corazón. Algunas veces tiene más sentido porque ayuda a la audiencia a entender y querer al personaje malo. Por momentos la actuación en películas se logra mejor con diálogos y otras veces con los ojos y expresión facial. Para mí, el diálogo y los personajes son el mismo.

A propósito de su manía por los grandes silencios, ¿no cree que el cine se ha vuelto demasiado ruidoso?

Cuando escribo el primer borrador del libreto uso mucho diálogo. Después les muestro el libreto a los actores, los hago memorizárselo y durante la filmación voy eliminando diálogos. Incluso cuando las líneas son largas los actores entienden la emoción así es que no hay problema al momento de la actuación. En el caso de otras películas, el diálogo es importante y, a veces, hace más interesante la cinta.

Algo similar sucede con las secuencias, no dan respiro. Pero usted se toma su tiempo en cada escena. ¿Qué busca con ello?

Algunas veces me gustan las películas aceleradas y otras veces no. Pero me gusta que mis películas sean lentas. Es importante tener tiempo suficiente para pensar y sentir. Pero la mayoría de las películas están dirigidas a la audiencia de una sociedad moderna acelerada. Hay quienes quieren eso pero hay otros que buscan películas que aunque sean lentas tengan distintos sentidos como mis películas. En lugar de pensar en el cine como mero entretenimiento, me gusta pensar que en el arte de filmar se cuestiona la vida.

¿Está el cine condenado a sólo entretener?

Todo lo que crece vuelve a ser pequeño. Esa es la historia y el proceso de la humanidad. Alguna vez hubo un periodo en el que floreció el arte, y ahora es únicamente entretenimiento. Algún día la gente se va a cansar de la recreación y se va a empezar a cuestionar la ligereza del mundo y se hará de nuevo historia con preguntas y reflexión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita.

John Woo, el gran renovador del cine de acción: mucho más que palomas y cámara lenta

La carrera de John Woo ha pasado por unos altibajos de valoración crítica y de público francamente espectaculares. Sus películas clásicas ...