lunes, 18 de septiembre de 2017

Hacer cine siempre es algo difícil, pero en un país donde no existe tradición ni industria, como Uruguay, nos intriga aún más. Les preguntamos cómo surgió la idea de dedicarse al cine.



PABLO: Hago cine porque para mí es como jugar, igual que cuando jugaba de niño con mis amigos y les decía: “vos sois Batman y yo Superman”... y esto es lo mismo, sólo que ese juego se transforma en realidad, los actores te lo hacen y me pagan por hacerlo.
JUAN PABLO: Bueno, yo hago cine con él, trabajamos juntos desde hace 10 años, empezamos haciendo algunos trabajos en la universidad, un poco jugando y luego ese juego se transformó... hago cine porque soy un inútil, no sé hacer casi nada, y más o menos lo único que puedo hacer es esto. Aparte de porque me encanta.

Su anterior película fue “25 Watts” donde se percibía cierto aire autobiográfico, ¿cómo surgió este proyecto?

Empezó como una idea para hacer un corto entre varios amigos, en el que íbamos a actuar nosotros mismos, con una cámara VHS... y después un día teníamos 60 páginas escritas, y dijimos “bueno, vamos a presentarlo a un concurso”, y fue una especie de bola que al final terminó en la película. La hicimos con muy poca plata, como un juego... todos los que hicimos la película somos amigos, y de ahí las ganas que teníamos... como nos fue bien, decidimos hacerla todos otra vez, con el mismo equipo. La película está rodada en un barrio de Montevideo que se llama Las Realidades... es un barrio que podría ser cualquier barrio, queríamos que tuviera esa característica, que fuese un poco neutro... pero lo importante es eso, fueron una serie de casualidades que se fueron transformando en una película que a mí me divirtió mucho... Si no hubiéramos sido dos a lo mejor nos hubiéramos cansado y no la habríamos hecho, pero como todos éramos amigos y en Uruguay casi no se hacían películas, pues fue de las primeras películas uruguayas que salieron al exterior y tuvieron un recorrido internacional... es como una carrera de postas, cuando uno se cansa se la pasa al otro, el otro sigue, toma el relevo otro .... es una película hecha desde el amor al cine y el odio a otro cine: era como muy de espectadores de cine para espectadores de cine.

¿Pasó lo mismo con Whisky?

Whisky apareció porque hicimos 25 Watts y nos dimos cuenta de que podíamos empezar a jugar en una cancha más grande, y bueno, pensamos que no íbamos a hacer una película sólo por hacerla, sino porque tuviéramos algo para hacer, y teníamos una idea en mente desde hace un tiempo, que era hacer algo dentro de una fábrica de calcetines, que es la fábrica de calcetines de nuestro productor y amigo, una fábrica muy parecida a la de la película... un día la visitamos y dijimos “¡esto está buenísimo para filmar algo!”, y se nos ocurrió esta historia así, medio melancólica, medio humorística, que mezclara como humor bruto, absurdo, negro con melancolía... y así nos pusimos a desarrollar la historia, pero esta vez invitamos para que jugara con nosotros a Gonzalo, que es uno de nuestros mejores amigos y el director artístico de la película anterior, y bueno... a medida que fuimos escribiendo el guión y eligiendo los actores, fue como cambiando mucho la película, y como que nunca la terminamos de entender hasta que la vimos finalizada. Y nos encantó. Fue una película en la que tuvimos miedo de muchas cosas a lo largo del proceso y sin embargo salió todo bastante bien.

Los actores son para nosotros bastante desconocidos, ¿son actores de teatro de Uruguay?

Sí, Jorge Moreni, que es el hermano que llega de Brasil, es un actor bastante conocido en la escena uruguaya teatral, que es una escena muy grande... Andrés Pasos, que es el otro hermano, es un tipo que durante 10 años no trabajó en teatro porque tenía muchos problemas con los castings, ya que es un tipo muy alto, y bueno... aceptó venir al nuestro porque le había gustado 25 Watts, y estuvo genial. Y Mirella Pascual es una mujer que hizo muy poco teatro, aunque hace mucho tiempo que es actriz... en cualquiera de los tres casos ha sido su primera experiencia en cine y estamos muy contentos con ellos.

¿Qué les parece que les hayan comparado con Kaurismaki?

Es un halago que te comparen con él pero también si te lo dicen mucho empieza a ser como un insulto, como que te dicen que le estás copiando. Nos pasó con 25 Watts... había catálogos que nos reseñaban como los Kaurismaki a la uruguaya, y hay un momento en que te cae simpático y después te dan gana como de matarlo. También es como una práctica de los críticos de buscar algo para poner y rápidamente zafarse y ponerte un cartelito... como no pueden decir si es un drama o una comedia, porque no saben lo que es... a veces es útil, si yo le tengo que explicar a alguien que conoce de cine rápidamente, le digo “mira, si se parece a algo, parece algo de Kaurismaki, pero no es exactamente lo mismo... bueno, evidentemente algo de Kaurismaki tiene, ya que de hecho aparece en los créditos como agradecimientos. Cuando se nos ocurrió la idea de la película hicimos como medio Kaurismaki, por llamarlo de alguna manera, pero también es una influencia de todas las cosas que nos gustan, desde el rock ´n´ roll, los Simpsons o los comics...

¿Qué le diríais a los jóvenes realizadores que quieren empezar a hacer cine, y que no tienen muchos medios?

Nosotros creemos que la clave es no proponerse metas muy ambiciosas. Uno no puede pretender de primeras ser el Scorsese latinoamericano, porque nadie te va a dar la plata ni te va a hacer caso. Hay que ser conscientes de las limitaciones que uno tiene y hacer lo que a uno le gusta. Nosotros no hacemos películas para todo el mundo, a muchos de mis parientes les aburren nuestras películas. Hemos tenido la suerte de que podemos hacer las películas que nos gusta hacer, pero también pagamos el precio de hacer eso. Si me gustara hacer películas de ciencia-ficción estaría cagado, no iba a poder hacerlas porque no tenemos medios, bueno.. ahora con lo del flash sí se puede hacer mucho (risas)... La idea de nuestra primera película era simplemente contar nuestra vida, la vida de un sábado cualquiera y la podíamos rodar en cualquier pared. Esta también era muy sencilla... bueno, necesitamos un poco más de desplazamientos porque había una parte que no era en Montevideo y una fábrica de medias que uno no encuentra todos los días, pero tampoco era como muy caro, y es eso... tener algo que contar y no ser muy pretencioso. Para mí, una cosa que ayuda y que pasa con las películas latinoamericanas es que, las que más repercusión tienen a nivel internacional, o son las súper pretenciosas, que son películas enormes que están financiadas por España de directores de 50 años; o son películas de gente de la edad nuestra, que hace como historias chiquitas, y que no quieren cambiarle la vida a nadie, no quieren resumir la historia de su país y toda su ideología política en la película, sino que cuentan una historia chiquita y tratan de contarla bien, sin caer en demasiados clichés y siendo originales. Es tener ganas de contar algo y contarlo como a uno le parece... no hay una forma de hacer un guión... todos hemos leído libritos de cine, pero más allá de eso me parece que no hay una receta. A mí las películas que me gustan son las que son honestas y personales y que, después de verlas, me dicen algo de su director.

¿En qué están pensando ahora? ¿Qué van a hacer?

Yo creo que vamos a irnos a tomar unas cervezas (risas)... No sé, se supone que ahora nos tenemos que poner a pensar cuál va a ser nuestro siguiente proyecto porque la industria nos lo pregunta, pero nosotros no lo tenemos muy claro... lo que yo sí tengo claro es que no quiero volver a trabajar en otra cosa pero... pero tampoco hay que creerse el tema de la carrera de director y eso... pero es cierto que la prensa te pregunta si tienes algo, y no puedes decir que no tienes nada, porque a ellos les interesa hacer negocio y a nosotros hacer cine... lo que espero es no tener que hacer una película porque cambiamos de auto, y tenemos que pagar la cuota de la casa, y a los chiquitines hay que mandarlos al jardín de infantes... hasta ahora no tenemos nada de eso y podemos seguir haciendo nuestras películas un tiempo más.

De todas formas el premio en Cannes es como muy glamouroso y muy importante... ¿no les parece?

Sí, siempre hay una parte infantil en la que uno está contento por eso y piensa que lo mejor es que le guste la película a todo el mundo, ganar todos los premios y te forres de plata, pero también sabemos que no partimos de esa base... En Cannes, nos contactaron de una agencia de directores y nunca contestamos la llamada porque, no sé... nos están invitando a jugar a una cosa que como que no nos interesa. Queremos divertirnos y tener el control de lo que hacemos, poder ser autores. Cuanta más plata pongan de fuera menos control vas a tener, y nosotros en Whisky tuvimos una suerte increíble de encontrar coproductores en Argentina, en Alemania y en España, que nos exigían hacer la película que nosotros queríamos hacer y eso fue buenísimo. Pero a veces no se tiene esa suerte y te exigen hacer una película que no tienes ganas de hacer, y cuesta tanto hacer una película que si no se está haciendo lo que uno quiere no merece la pena. Para eso trabajaríamos en publicidad, que te pagan mejor y te lleva menos tiempo. A mí no es lo que más me gusta, pero si hubiese que hacerlo habría que hacerlo. Yo tengo una teoría, y es que si a vos le contrata una empresa grande para hacer una película es porque ellos lo que más quieren es que en el fondo estés nominado al Oscar. Todas las películas que están nominadas al Oscar generalmente me parecen una basura... bueno, alguna me gusta, pero generalmente el 60-70% me parecen una basura. Por ejemplo, con Los lunes al sol me pasó, que estaba nominada al Oscar y pensé que iba a ser una porquería... pero la fui a ver y me encantó, me sorprendió mucho. Pero vamos, las que ganan la categoría de “mejor película” suelen ser una boludez. A nosotros no nos interesa hacer películas que vayan a ganar un Oscar, porque además no las sabemos hacer, no es lo nuestro...

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