miércoles, 25 de octubre de 2017

Las 12 escenas más sensuales en la historia del cine



«La primera vez que filmamos una escena de sexo, sólo me comencé a reír», explica la novata actriz Adèle Exarchopoulos, quien interpretó a la protagonista de La vida de Adele, cinta recordada no sólo por su intenso mensaje romántico y su representación del amor contemporáneo, sino por sus insólitas escenas de sexo, las cuales parecían mostrar genuinas sesiones del contacto lésbico. «Se supone que tenía que tocarme y que era mi fantasía, pero cuando abría mis ojos y la veía me reía demasiado», afirma la mujer revelando lo que el mundo ya sabe: grabar escenas de sexo no es para nada sensual, sino un arduo trabajo que requiere confianza, seguridad y respeto entre profesionales.


Por otra parte, Lea Seydoux revela otro lado de esas sesiones: «Fue algo humillante a veces. Me sentía como una prostituta», explicó señalando los métodos poco ortodoxos que usó el director Abdellatif Kechiche. Ambas mujeres admitieron haberse sentido abusadas por actuar durante varias horas desnudas frente a la cámara del realizador, mientras él sólo miraba sin ofrecer dirección alguna. A pesar de esto, las escenas que grabó actualmente son algunas de las representaciones más honestas de la vehemencia del amor entre dos personas y representan, en poco tiempo, un tipo de sensualidad difícil de lograr en la pantalla.



Similar a lo anterior, existen otras grandes escenas sexuales que logran sintetizar distintas olas de sentimientos dentro de los personajes. Así sea mostrando el coito o prescindiendo de él, invitan al espectador y lo seducen con las imágenes para sentir todo aquello que se ve en pantalla. Desde pequeños placeres hasta grandes orgasmos, esta es la lista definitiva de esas secuencias que han despertado oscuros deseos dentro de nosotros y que nos hacen envidiar la fantasía que se vive en el cine.

Unfaithful (2002)
Adrian Lyne


No es sólo la sensualidad de Diane Lane ni su excelente actuación en la que muestra a una mujer absolutamente pasional y prisionera de su deseo carnal. Aunque la película no sea tan buena, la escena en la que la protagonista tiene uno de sus primeros encuentros con Paul, un hombre que conoce de manera fortuita después de sufrir un accidente. La composición de la escena encaja con los sentimientos de los personajes y muestra una cercanía violenta que sólo existe en las relaciones impulsadas por el sexo. Lane se libera como un animal en cautiverio y explota en los brazos de su coprotagonista mientras ambos bailan una infinita danza de cercanía carnal.

Los abrazos rotos (2009)
Pedro Almodóvar


Pedro Almodóvar es uno de los directores que más sensualidad emana en sus filmes. Ya sea en una sola mirada, en una paleta de color o en un solo objeto, el director puede proyectar cierta fuerza sin necesidad de mostrar el coito o un desnudo. Así lo demuestra en la primera escena de Los abrazos rotos, en la que Harry Caine, hombre ciego y personaje principal, escucha mientras una atractiva mujer le lee el periódico. La escena avanza cuando él comienza a sugerirle a su compañera que describa su cuerpo... hasta que ambos se rinden ante el deseo. La secuencia parece una composición orquestal, ya que comienza despacio, con inocencia, y termina con una brutal rudeza, con tal profundidad que es imposible dejar de verla.

Y tu mamá también (2001)
Alfonso Cuarón


La legendaria escena de Y tu mamá también en la que los tres personajes principales bailan una canción de Marco Antonio Solis sólo para después entrar a una habitación y tener sexo no parece tan llamativa como otras; sin embargo, el contexto en el que se desarrolla la escena y el punto en el que aparece encaja con la tensión sexual que existe entre los protagonistas, la forma en que se han relacionado y en cómo sólo unos tragos de alcohol pueden hacer la diferencia. Esa sincronía de elementos le da un significado más profundo y ver la secuencia no resulta morboso, sino absolutamente placentero.

When Harry Met Sally... (1989)
Nora Ephron


A diferencia de otras enlistadas aquí, esta escena tiene un sentido más humorístico. Meg Ryan no necesita estar desnuda ni besarse con un coprotagonista para llegar al absoluto éxtasis. Durante una comida que están teniendo los protagonistas, Harry le pide a Sally que finja un orgasmo. El resultado es incómodo tanto para los demás comensales como para la audiencia, ya que la mujer tiene una increíble habilidad para gritar, gemir y hacernos imaginar cómo es que actúa en la cama. Sin duda es una de las mejores obras de comedia de la historia.

Lost Highway (1997)
David Lynch


La sensualidad bajo el lente de David Lynch es absolutamente alternativa. Patricia Arquette es el elemento principal en la escena en la que su personaje se encuentra con su objeto deseado en una cabina vacía; sin embargo, la mujer no aparece como en cualquier otra secuencia de sexo tradicional. El director crea una atmósfera oscura, tenebrosa y peligrosa para denotar la fuerza e ímpetu del acto sexual dentro de la mente de los personajes, y aunque parece atemorizante, expulsa un tipo de sensualidad y erotismo difícil de encontrar en el cine. Lo que aparece en pantalla no sólo es sexo, es arte.

Boogie Nights (1997)
Paul Thomas Anderson


Boogie Nights le dio fama al aclamado director Paul Thomas Anderson, pero también a Mark Wahlberg, quien después de la famosa escena de la audición para una porno se convirtió en un sex symbol. La escena, su composición y su uso de color emanan una especie de erotismo antiguo que evoca aquellos tiempos de la pornografía clásica, pero también mantiene una esencia privada difícil de imitar. Julianne Moore y el protagonista comparten un momento silencioso en medio de todo el caos de la historia y la manera en que se toman del rostro y del cuerpo dejan a la audiencia deseosos de más.

Carol (2015)
Todd Haynes


La película habla sobre un amorío entre una fotógrafa y una mujer divorciada, emana amor, erotismo y completo placer en la secuencia en la que el personaje principal tiene su primer encuentro con su amada (Rooney Mara). La escena no resulta vulgar ni exagerada, sino que muestra la calma y los sentimientos que fluyen durante un encuentro tranquilo en el que sólo se disfruta el cuerpo de la otra persona. No hay violencia ni locura, sólo el deseo de dos personas.

Mulholland Drive (2001)
David Lynch


Otra de las escenas sexuales de David Lynch en la que no sólo aparece el coito como protagonista, sino una serie de sentimientos que insinúan los personajes involucrados. Aunque al principio la escena de sexo entre Betty y Diane parece impulsiva, en realidad sirve como un clímax en el que comprendemos finalmente lo que desean ambos personajes. En ligeros movimientos y expresiones, presentan lo que desean. La secuencia resulta dolorosa, melancólica y triste a pesar de ser una de las más sensuales, y es esa misma serie de sentimientos quienes la vuelven más impactante.

The Double Life of Veronique (1991)
Krzysztof Kieslowski


La sensualidad, al igual que el erotismo, va mucho más allá del sexo y así lo demuestra la escena inicial de este reconocido filme. La protagonista canta bajo la lluvia esperando ver a su novio para después hacer el amor, y aunque esa acción parece demasiado simple, toda la escena sugiere cierto aspecto de sensualidad, desde las expresiones faciales de cada personaje, hasta el momento clímax en el que ambos disfrutan del acto. La música, los colores e incluso la ropa toman su papel en la composición y permiten que la audiencia descubra la mente del personaje antes de que comience apropiadamente la película.

Persona (1966)
Ingmar Bergman


Ingmar Bergman era uno de los genios de cine que, sin mostrar ni un poco de piel, podía crear una escena extremadamente sensual, sugestiva y erótica. En Persona, durante la escena de la playa, la mezcla entre música, contraste de color, la emoción de los personajes y los sutiles movimientos hacen que todo tenga cierta energía sexual imposible de resistir. El director juega con la audiencia y la invita a abrir su mente para encender sus pasiones y de esa forma vincularse con los protagonistas. Sin duda es una de las escenas más complejas e intensas de su carrera.

The Wayward Cloud (2005)
Tsai Ming-liang


Este atrevido filme incluye distintas escenas en las que la sensualidad se desborda sin restricciones. La cinta está basada en distintas secuencias metafóricas que hablan sobre la sexualidad y utilizan a la sandía como símbolo para representar el sabor y la forma de la vagina. La escena en la que la protagonista comienza a descubrirse posiblemente es una de las más importantes del cine japonés, no sólo por la irreverencia con la que aparece, sino porque cubre distintos niveles del erotismo, yéndose desde lo más básico hasta lo más intenso. La mujer se excita entre fantasías pervertidas y es imposible dejar de mirarla.

Lucía y el Sexo (2001)
Julio Medem


Curiosamente, las escenas de Lucía y el sexoque no muestran el coito per sé son las más sensuales de toda la cinta. El filme se basa en la necesidad de su protagonista por descubrirse en el aspecto carnal y es esa tensión la que nos hace imaginar qué es lo que piensa a cada momento: su intensidad, violencia y el cariño que tanto anhela. Son las expresiones del personaje las que nos revelan sus verdaderos deseos. La escena posterior a tener sexo con una de sus aventuras muestra en tan sólo unos segundos lo que sucede en el cuerpo de Lucía y el efecto que tiene el acto en él, invitando al espectador a descubrirse a sí mismo.

Así sea mostrando todo el cuerpo o simplemente usando los elementos cinematográficos para despertar pasiones, estas escenas definitivamente pasarán a la historia por hacer sudar a la audiencia y hacerle desear más acción en su vida sexual. El atrevimiento de los directores como el de La vida de Adele o la sencillez de otros como Bergman han hecho que el cine tome diferentes matices para explorar el erotismo, y así sea presentando a una mujer gritando o a una figura abstracta que excite a un personaje, las secuencias de esta lista nos enseñan que el sexo va más allá de la penetración y que una serie de imágenes nos puede dar más placeres que un objeto real.
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